No puedo creer que en tus años de ¿Médica Diplomada?, no habrás atendido un parto o cesárea de emergencia de siete meses de gestación. ¿Quizás fue el horario, 3:00 de la madrugada?
En este día, si no hubiese sido por voz, podríamos estar festejando su primer día de la madre.
Marita hijita querida, se que disfrutaste esos siete meses de embarazo con tanto amor y alegría, que Dios estará festejando con vos y Abril.
Marianita, perdón; pero hay veces que estoy enojada con la vida. Lo que me pasa es que cada día el despertar es más terrible y angustiante.
Todos dicen que tengo que ser fuerte y apuntalar a los que están a mi lado; pero se hace difícil, a veces, no me quedan fuerzas. Dicen que el tiempo cura de a poco. Aseguro que no es así cuando te arrancan en horas un hijo, por no ser atendido.
Vivo pidiendo a Dios algo irrealizable; quiero tenerte otra vez con nosotros.
Quiero que regreses Mari, al menos un segundo, es lo que grita mi corazón continuamente.
Hace unos días tuve una intervención quirúrgica en Buenos Aries. Si supieras Mari, como me angustió y apenó, la rápida y excelente atención del médico y de su equipo. Como hubiese cambiado mi lugar por lo que vos pasaste.
Dios, si se pudiera volver atrás todo, que hermoso sería!
Marianita hijita de mi alma, en este día, siento tus besos y abrazos igual que todos los años que te tuve conmigo. Y te prometo en este día aunque me lleve la vida, voy a luchar sin descanso para que no le pase a ninguna futura mamá lo que a vos de pasó.
La sociedad necesita señales de alerta para romper con aparatos de impunidad, solo así podrá crecer y mejorar en todas sus instituciones.
No les decimos adiós Mariana y Abril, sino hasta luego.
Javier, Papi, Luana, Ariel y Mamá.