Es tanto lo que querríamos confiarte que se superponen infinidades de mensajes y torbellinos de sentimientos.
Se que comprendes y perdonas este aturdimiento que tenemos, porque cuando podamos haberte dicho todo lo que sentimos, nos vamos a quedar con una dolorosa sensación de no habértelo dicho todo.
Sabemos que la muerte seguirá siendo un misterio insondable y doloroso, que nuestra mente limitada no nos permite comprender, quizás fue esa partida tan imprevista, quizás fue el golpe tan terrible, que nos hace vivir aturdidos.
Marita, hoy hace un año que no te vemos, mi amor, y que este dolor inmenso que tenemos no nos permite aceptar la realidad de tu partida y la de Abril.
Marianita, regalo tan querido de Dios, que distintos son estos días son vos, recordar que gozábamos las fiestas con tanta alegría, que las preparábamos con tanto entusiasmo.
Desde que te fuiste vos y Abril, somos muertos vivos pero como no queremos perderlas, las alcanzaremos y nos reencontraremos de otro modo, quizás ya lo estemos logrando en este recuerdo persistente que nos hace reencontrarte las 24 horas del día.
Mari, quizás sea verdad lo que nos dicen algunas personas que nos quieren mucho, que tenemos que estar reunidos en las fiestas los que quedamos acá, ya que a vos te gustaban y te hacían feliz. Pero, perdonanos, no podemos, es imposible juntarnos y que vos no estés con esa alegría que siempre te hizo tan especial.
Te extrañamos mucho, por favor mandanos alguna señal para poder entender... ¿Como seguir viviendo sin vos?